Podcast Antonio Pacios MSC

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domingo, 31 de julio de 2011

Fernando Giménez Barriocanal, durante la entrevista con ABC

Fernando Giménez Barriocanal, durante la entrevista con ABC

Afirma que a pesar de que «no hay dinero público en la financiación» de la visita del Papa, la JMJ será auditada por una empresa internacional

 
Fernando Giménez Barriocanal (Madrid, 1967) es gerente de la Conferencia Episcopal, presidente y consejero delegado de la Cadena Cope y desde hace un par de años también director financiero de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ). Su trabajo dentro de la Iglesia se ha caracterizado siempre por la eficacia, la transparencia y la austeridad. Tres criterios que marcan ahora la organización de este encuentro, que se celebrará el próximo mes de agosto en Madrid y que contará con la presencia del Papa. 
—A menos de un mes de la visita de Benedicto XVI, ¿se mantiene el presupuesto inicial de 50 millones de euros para organizar la JMJ?
—Aproximadamente. Nosotros pensamos que, sin contar lo que es la manutención de cada uno de los peregrinos, vamos a estar en torno a los 50 millones de euros de ingreso y de gasto.
—¿De dónde provienen los fondos?
—Tres de cada cuatro euros los aportan los propios peregrinos, por lo que no supone ningún coste para el contribuyente. El resto proviene de empresas y particulares, ya sea a través de patrocinios o de donativos que realiza la gente. Lo importante es que todo es dinero privado, no hay dinero público en la financiación de la JMJ.
—Si la mayor parte la aportan los peregrinos, ¿el número actual de inscritos garantiza ese porcentaje de financiación de la JMJ?
—Probablemente sí. A día de hoy podemos decir que cerca del 80% de los peregrinos ya han realizado las contribuciones, lo cual nos permite tener casi el 85% de la financiación necesaria para la realización del evento. Todavía resta un 15%, por lo que seguimos necesitando que la gente haga aportaciones, que haya donativos, más colaboración empresarial y que los peregrinos se sigan inscribiendo. 
—La Iglesia ha recibido muchas críticas por el marco de grave crisis económica en la que se celebra la JMJ...
—Yo creo que los que opinan eso no se dan cuenta de que están tirando piedras contra su propio tejado. La JMJ es una enorme oportunidad desde el punto de vista económico. Hay que pensar que mucha gente viene de fuera y aporta ingresos. Hay que pensar que va haber miles de hosteleros de Madrid y alrededores que van a obtener importantes ingresos gracias a todos los que vienen a la JMJ. Lo que no hay en la JMJ son gastos suntuosos, ni despilfarros y sí una enorme transparencia en la gestión y el control de los recursos.
—¿Cómo son esos controles?
—En primer lugar, un presupuesto muy detallado de cantidades máximas por cada uno de los conceptos. Eso quiere decir que tenemos previsto hasta cuántas flores van en cada escenario y su presupuesto. Eso es muy importante. En segundo lugar, muchos de los grandes contratos han salido a concurso público y publicados en la web de la JMJ para que las empresas que querían participar lo pudieran hacer. En tercer lugar, en los contratos menores se ha acudido a los especialistas para pedirles presupuesto. También se han rechazado empresas que han podido estar vinculadas con algún tipo de operación que pudiéramos pensar que no estaban en consonancia con la JMJ. Intentamos hacerlo de la mejor manera posible, teniendo en cuenta que vamos a ser auditados por una firma internacional y que nos ha pedido que establezcamos estos controles.
—¿Es la primera vez que se va a auditar una JMJ?
—Sí. Por eso, tenemos toda la documentación a disposición para que quede muy claro que cada euro que se ha gastado la JMJ tiene justificación.
—En este contexto de crisis, ¿las empresas y los particulares se han volcado para ayudar a este evento?
—Creo que hay que ser realista, las empresas en general están en una situación difícil y eso provoca que no haya muchas alegrías en ese sentido, pero todo el mundo tiene una enorme sensibilidad y eso también hay que agradecerlo. También hay que agradecer el papel que ha hecho la Fundación Madrid Vivo. Por último, es encomiable la multitud de donativos pequeños que se reciben de personas anónimas.
—Algunos partidos políticos y sectores de la sociedad piensan el coste de la JMJ va a ser asumida por los contribuyentes o por el Estado ¿Cuál es concretamente la ayuda que se recibe del Estado y de las administraciones públicas?
—El Estado y las administraciones públicas contribuyen en garantizar el orden público como hacen en cualquier otro evento porque es un mandato constitucional. También nos ofrecen aquellas instalaciones y servicios que ya tiene el Estado, como los colegios y los polideportivos, pero entendiendo que todos aquellos consumos que se realicen con motivo de la JMJ son costeados por la organización de la JMJ. En tercer lugar, el evento ha sido declarado, junto a otros quince, de excepcional interés dentro la Ley de Presupuesto, lo cual implica que las empresas que anuncian y ponen el logo de la JMJ o donan dinero se pueden deducir una parte de sus impuestos. Para que nos hagamos una idea, la JMJ va a consumir aproximadamente el 8% de los recursos que va a perder el Estado por este motivo, mientras que el 92% restante corresponde a los demás eventos que han sido declarados de excepcional interés y de los cuales la gente no protesta. Lo importante es que la JMJ tendrá coste cero para el contribuyente. 
—¿Y los beneficios?
—Gracias a la JMJ probablemente habrá menos déficit público este año porque los ingresos que se van a generar al Estado por recurso IVA, por ingresos turísticos, por impuesto sobre sociedades de las empresas, que van a facturar y que luego van a pagar impuestos, son inmensamente superiores a los beneficios fiscales que pueden estar en torno a los 15 y los 30 millones de euros, que es lo van a desgravar las empresas en el mejor de los casos. En cambio, los recursos por IVA, sociedades y demás que se van a generar pueden ser más del doble. Por tanto no va a tener coste para el contribuyente sino que gracias a la JMJ va a haber más ingresos para las administraciones públicas este año. Es un buen negocio para las administraciones públicas y para las empresas.
—Las JMJ de Sidney o Colonia ¿Siguieron este modelo de financiación?
—En este caso no hemos solicitado una subvención directa de las administraciones públicas porque hemos pensado que con todo lo que ponían a nuestra disposición era más que suficiente. 
—Eso quiere decir que las subvención directa del Estado sí se ha utilizado para otras JMJ
—Sí, sin duda. Nuestro modelo es mucho más austero y que de alguna manera hace recaer el coste de la JMJ sobre la sociedad civil.
—¿Hay que pagar para ver al Papa?
—Para ver al Papa no habido que pagar nunca ni va a haber que pagar en esta ocasión. Los actos de Cibeles y Recoletos son abiertos. Y en Cuatro Vientos hemos habilitado unas parcelas para que los inscritos —primando aquellos que vienen de países con menos recursos— estén lo más cerca posible del Papa. Pero también hemos habilitado grandes zonas para que cualquiera que quiera venir pueda hacerlo. Sería estupendo que contribuyeran porque todo cuesta dinero, pero todo el mundo que quiera ver al Papa será bienvenido. Es más, hay que animar a todos para que vengan y escuchen lo que el Papa nos quiere decir.

domingo, 24 de julio de 2011

CONSEJOS PARA LA JMJ2011

 CONSEJOS PARA LA JMJ2011

En los encuentros de Benedicto XVI con los jóvenes hay unas claves interesantes que desvelan su preocupación por vivir de modo coherente el Evangelio
Ya se ha publicado la Agenda oficial del viaje de Benedicto XVI, que estará en Madrid desde el jueves 16 de agosto al domingo 21. Son unas jornadas para la vivir la fe y comunicarla con alegría, en el contexto de la nueva evangelización, promovida inicialmente por el Beato Juan Pablo II y desarrollada ahora por su sucesor, el Papa Benedicto XVI.

Creer en Jesucristo sin verlo
      Muchos se preguntan hoy dónde está Jesucristo, desconcertados por los problemas del mundo, y desorientados por su abandono de la Iglesia y los sacramentos. A todos ellos se puede aplicar el consejo de Benedicto XVI cuando recordaba aquella experiencia apóstol Tomás, desalentado por la muerte de Jesús, cuando exigía verle vivo y tocarle para creer en su Resurrección: «También para nosotros es posible tener un contacto sensible con Jesús, meter, por así decir, la mano en las señales de su Pasión, las señales de su amor. En los Sacramentos, Él se nos acerca en modo particular, se nos entrega. Queridos jóvenes, aprended a “ver”, a “encontrar” a Jesús en la Eucaristía, donde está presente y cercano hasta entregarse como alimento para nuestro camino; en el Sacramento de la Penitencia, donde el Señor manifiesta su misericordia ofreciéndonos siempre su perdón. Reconoced y servid a Jesús también en los pobres y enfermos, en los hermanos que están en dificultad y necesitan ayuda».
Consejos de Benedicto XVI a los jóvenes
      En los encuentros de Benedicto XVI con los jóvenes hay unas claves interesantes que desvelan su preocupación por vivir de modo coherente el Evangelio. Sólo desde la propia conversión personal se puede ayudar a los demás, tanto en el terreno material de la caridad como en el espiritual del apostolado. Por ejemplo, invita a dialogar diariamente con Dios, leer la Biblia, acudir a la Misa del domingo, contar las alegrías y penas a Cristo, dar ejemplo, o ser útil a los demás.
    — No desconfiar de Cristo: «Queridos jóvenes, la felicidad que buscáis, la felicidad que tenéis derecho de saborear, tiene un nombre, un rostro: el de Jesús de Nazaret, oculto en la Eucaristía. Sólo él da plenitud de vida a la humanidad. Decid, con María, vuestro “sí” al Dios que quiere entregarse a vosotros. Os repito hoy lo que dije al principio de mi pontificado: “Quien deja entrar a Cristo en la propia vida no pierde nada, nada, absolutamente nada de lo que hace la vida libre, bella y grande. ¡No! Sólo con esta amistad se abren de par en par las puertas de la vida. Sólo con esta amistad se abren realmente las grandes potencialidades de la condición humana. Sólo con esta amistad experimentamos lo que es bello y lo que nos libera”. Estad plenamente convencidos: Cristo no quita nada de lo que hay de hermoso y grande en vosotros, sino que lleva todo a la perfección para la gloria de Dios, la felicidad de los hombres y la salvación del mundo».
    — Leer la Biblia: «El secreto para tener un “corazón que entienda” es formarse un corazón capaz de escuchar. Esto se consigue meditando sin cesar la palabra de Dios y permaneciendo enraizados en ella, mediante el esfuerzo de conocerla siempre mejor. Queridos jóvenes, os exhorto a adquirir intimidad con la Biblia, a tenerla a mano, para que sea para vosotros como una brújula que indica el camino a seguir. Leyéndola, aprenderéis a conocer a Cristo. San Jerónimo observa al respecto: “El desconocimiento de las Escrituras es desconocimiento de Cristo”».
    — Ir a Misa el domingo: «No os dejéis disuadir de participar en la Eucaristía dominical y ayudad también a los demás a descubrirla. Ciertamente, para que de esa emane la alegría que necesitamos, debemos aprender a comprenderla cada vez más profundamente, debemos aprender a amarla. Comprometámonos a ello, ¡vale la pena! Descubramos la íntima riqueza de la liturgia de la Iglesia y su verdadera grandeza: no somos nosotros los que hacemos fiesta para nosotros, sino que es, en cambio, el mismo Dios viviente el que prepara una fiesta para nosotros. Con el amor a la Eucaristía redescubriréis también el sacramento de la Reconciliación, en el cual la bondad misericordiosa de Dios permite siempre iniciar de nuevo nuestra vida».
    — Hablar de Dios con los amigos: «Son tantos nuestros compañeros que todavía no conocen el amor de Dios, o buscan llenarse el corazón con sucedáneos insignificantes. Por lo tanto, es urgente ser testigos del amor contemplado en Cristo. Queridos jóvenes, la Iglesia necesita auténticos testigos para la nueva evangelización: hombres y mujeres cuya vida haya sido transformada por el encuentro con Jesús; hombres y mujeres capaces de comunicar esta experiencia a los demás».
 
Jesús Ortiz López. Doctor en Derecho CanónicoAnalisisDigital.com / Almudí

viernes, 15 de julio de 2011

Festividad de Nuestra Señora del Carmen

El Obispo de Mondoñedo-Ferrol, Mons. Manuel Sánchez Monje, dedica un escrito al Apostolado del Mar, al celebrar la festividad de Nuestra Señora del Carmen:

“La Iglesia debe renovar cada día su compromiso de llevar a Cristo a los hombres, de transformar al mundo con la fuerza renovadora del Evangelio.” Jesucristo y su Evangelio constituyen el tesoro mayor de la Iglesia y no puede quedarse con él para disfrutarlo a solas. Es necesario continuar la evangelización, el anuncio gozoso del Reino de Dios. Con mucho entusiasmo. Es necesario lanzar las redes del Evangelio en el mar de la historia para conducir a los hombres hacia la tierra de Dios.

Pero para todo esto es necesario que cada cristiano, así como nuestras familias y comunidades, crean verdaderamente que la Palabra de Dios tiene capacidad de salvar al hombre de nuestro tiempo, también a la familia marinera. Si esta convicción de fe no está profundamente arraigada en nosotros no podremos experimentar la pasión y la belleza de anunciarla. Sólo radicado profundamente en Cristo y en su Palabra, puede el mensajero del Evangelio no reducir la evangelización a un proyecto puramente humano, social, escondiendo o callando la dimensión trascendente de la salvación ofrecida por Dios en Cristo. La Buena Noticia debe ser proclamada en nuestros ambientes de forma explícita con la palabra y, sobre todo, con el testimonio plenamente coherente. De lo contrario no será comprensible ni creíble. Aun siendo pobres y débiles, mantenemos siempre la certeza en el poder de Dios, que pone su tesoro en 'vasos de barro' precisamente para que se vea que es Él quién actúa a través de nosotros.
Quiero rendir aquí un homenaje sincero y agradecido a la mujer del marinero, heroína muchas veces a la hora de educar a los hijos, y trabajadora incansable a la hora de transmitir la fe a las generaciones que vienen detrás de nosotros.

El ministerio de la evangelización es fascinante y exigente. Pero el anuncio del evangelio tiene un precio: la Iglesia no puede fallar en su misión de llevar la luz de Cristo, de proclamar el feliz anuncio del Evangelio, aunque comporte la persecución e incluso el martirio. Es parte de su misma vida, como lo ha sido para Jesús. Los cristianos no deben sentir temor, aunque “sean actualmente el grupo religioso que sufre el mayor número de persecuciones a causa de la propia fe”. San Pablo afirma que “ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los principados, ni lo presente ni lo futuro, ni las potestades ni la altura, ni la profundidad ni criatura alguna podrá separarnos del amor de Dios manifestado en Cristo Jesús Señor nuestro” (Rom 8,38-39).

Que la Virgen del Carmen, tan querida en la familia marinera, verdadera Stella maris, nos señale los caminos de la nueva evangelización y nos ayude a recorrerlos.”

jueves, 14 de julio de 2011

LA LEY DEL SEÑOR ABARCA MUCHOS ASPECTOS

De los libros de las Morales de san Gregorio Magno, papa, sobre el libro de Job.
(Libro 10, 7-8. 10: PL 75, 922. 925-926)

La ley de Dios, de que se habla en este lugar, debe entenderse que es la caridad, por la cual podemos siempre leer en nuestro interior cuáles son los preceptos de vida que hemos de practicar. Acerca de esta ley, dice aquel que es la misma Verdad: Éste es mi mandamiento: Que os améis unos a otros. Acerca de ella dice san Pablo: Amar es cumplir la ley entera. Y también: Ayudaos a llevar mutuamente vuestras cargas; y así cumpliréis la ley de Cristo. Lo que mejor define la ley de Cristo es la caridad, y esta caridad la practicamos de verdad cuando toleramos por amor las cargas de los hermanos.

Pero esta ley abarca muchos aspectos, porque la caridad celosa y solícita incluye los actos de todas las virtudes. Lo que empieza por sólo dos preceptos se extiende a innumerables facetas.

Esta multiplicidad de aspectos de la ley es enumerada adecuadamente por Pablo, cuando dice: La caridad es comprensiva, la caridad no presume ni se engríe; no es ambiciosa ni egoísta; no se irrita, no lleva cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad.

La caridad es comprensiva, porque tolera con ecuanimidad los males que se le infligen. Es benigna, porque devuelve generosamente bien por mal. No tiene envidia, porque, al no desear nada de este mundo, ignora lo que es la envidia por los éxitos terrenos. No presume, porque desea ansiosamente el premio de la retribución espiritual, y por esto no se vanagloria de los bienes exteriores. No se engríe, porque tiene por único objetivo el amor de Dios y del prójimo, y por esto ignora todo lo que se aparta del recto camino.

No es ambiciosa, porque, dedicada con ardor a su provecho interior, no siente deseo alguno de las cosas ajenas y exteriores. No es egoísta, porque considera como ajenas todas las cosas que posee aquí de modo transitorio, ya que sólo reconoce como propio aquello que ha de perdurar junto con ella. No se irrita, porque, aunque sufra injurias, no se incita a sí misma a la venganza, pues espera un premio muy superior a sus sufrimientos. No lleva cuentas del mal, porque, afincada su mente en el amor de la pureza, arrancando de raíz toda clase de odio, su alma está libre de toda maquinación malsana.

No se alegra de la injusticia, porque, anhelosa únicamente del amor para con todos, no se alegra ni de la perdición de sus mismos contrarios. Goza con la verdad, porque, amando a los demás como a sí misma, al observar en los otros la rectitud, se alegra como si se tratara de su propio provecho. Vemos, pues, como esta ley de Dios abarca muchos aspectos.

lunes, 11 de julio de 2011

NO ANTEPONGAN NADA ABSOLUTAMENTE A CRISTO

De la Regla de san Benito, abad
(Prólogo, 4-22; cap. 72, 1-12: CSEL 75, 2-5. 162-163)
Cuando emprendas alguna obra buena, lo primero que has de hacer es pedir constantemente a Dios que sea él quien la lleve a término, y así nunca lo contristaremos con nuestras malas acciones, a él, que se ha dignado contarnos en el número de sus hijos, ya que en todo tiempo debemos someternos a él en el uso de los bienes que pone a nuestra disposición, no sea que algún día, como un padre que se enfada con sus hijos, nos desherede, o, como un amo temible, irritado por nuestra maldad, nos entregue al castigo eterno, como a servidores perversos que han rehusado seguirlo a la gloria.

Por lo tanto, despertémonos ya de una vez, obedientes a la llamada que nos hace la Escritura: Ya es hora que despertéis del sueño. Y, abiertos nuestros ojos a la luz divina, escuchemos bien atentos la advertencia que nos hace cada día la voz de Dios: Hoy, si escucháis su voz, no endurezcáis el corazón; y también: El que tenga oídos oiga lo que el Espíritu dice a las Iglesias.

¿Y qué es lo que dice? Venid, hijos, escuchadme: os instruiré en el temor del Señor. Caminad mientras tenéis luz, para que las tinieblas de la muerte no os sorprendan.

Y el Señor, buscando entre la multitud de los hombres a uno que realmente quisiera ser operario suyo, dirige a todos esta invitación: ¿Hay alguien que ame la vida y desee días de prosperidad? Y si tú, al oír esta invitación, respondes: «Yo», entonces Dios te dice: «Si amas la vida verdadera y eterna, guarda tu lengua del mal, tus labios de la falsedad; apártate del mal, obra el bien, busca la paz y corre tras ella. Si así lo hacéis, mis ojos estarán sobre vosotros y mis oídos atentos a vuestras plegarias; y, antes de que me invoquéis, os diré: Aquí estoy.»

sábado, 9 de julio de 2011

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,24-33)

Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (10,24-33)

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus apóstoles: «Un discípulo no es más que su maestro, ni un esclavo más que su amo; ya le basta al discípulo con ser como su maestro, y al esclavo como su amo. Si al dueño de la casa lo han llamado Belzebú, ¡cuánto más a los criados! No les tengáis miedo, porque nada hay cubierto que no llegue a descubrirse; nada hay escondido que no llegue a saberse. Lo que os digo de noche decidlo en pleno día, y lo que escuchéis al oído, pregonadlo desde la azotea. No tengáis miedo a los que matan el cuerpo, pero no pueden matar el alma. No, temed al que puede destruir con el fuego alma y cuerpo. ¿No se venden un par de gorriones por unos cuartos? Y, sin embargo, ni uno solo cae al suelo sin que lo disponga vuestro Padre. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. Por eso, no tengáis miedo; no hay comparación entre vosotros y los gorriones. Si uno se pone de mi parte ante los hombres, yo también me pondré de su parte ante mi Padre del cielo. Y si uno me niega ante los hombres, yo también lo negaré ante mi Padre del cielo.»

Palabra del Señor

viernes, 1 de julio de 2011

“Los dos Corazones inseparables”


“Los dos Corazones inseparables”

Don Luciano Alimandi, Fuente: Agencia Fides

Mirando al Corazón de Cristo encontramos, inmediatamente a su lado, o mejor dicho dentro, el Corazón de María que late al unísono con el del Hijo.

La sangre que corre por el Corazón de Jesús ha sido tomada por completo de la sangre de María. Las fibras de su Corazón Inmaculado han alimentado la Humanidad Santísima de Cristo que es particularmente significada en el Corazón. He aquí por qué el Corazón de esta Madre está en el Cielo junto al Hijo; es el único Corazón que Cristo se ha llevado consigo: ¡el único porque es único!

A veces se olvida que María ha sido asunta al Cielo en alma y cuerpo; es un dogma de fe, proclamado por Pío XII, el 1 de noviembre de 1950. Así el Corazón de carne de la Virgen Madre está en la gloria, enteramente transfigurado a semejanza del de su Hijo. Él sobre la tierra ha tomado sus rasgos humanos, ella en el Cielo ha recibido del Hijo los rasgos de gloria que son típicos de Él: ¡como Él, también ella esta con su cuerpo en el Cielo! En el calendario litúrgico, la memoria del Corazón Inmaculado de María sigue a la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús: un Corazón llama al otro, un Corazón que sigue al otro.

Es hermoso contemplar el misterio de María en el misterio del Hijo y viceversa; de tal manera la devoción mariana no viene percibida como una cosa aparte, sino que se vive como parte integrante del amor a Jesús que desde la Cruz nos la ha donado como Madre nuestra. Las numerosas enseñanzas de Juan Pablo II, en los largos años de su Pontificado, nos han ayudado a avanzar en este camino, en el surco del Concilio Ecuménico Vaticano II.

Precisamente el “Totus tuus” de Juan Pablo II - como lo recordaba el Santo Padre Benedicto XVI a un año de su muerte- “resume muy bien esta experiencia espiritual y mística, en una vida orientada completamente a Cristo por medio de María: ‘ad Iesum per Mariam’.” (Homilía 3 de abril 2006). Este estar orientados a Cristo por medio de María hace que el cristiano pueda también vivir en plenitud su relación con la Iglesia, que es Cuerpo místico de Cristo y también, por lo tanto, toda hija de María.
El título de “Madre de la Iglesia”, proclamado por Pablo VI, ilumina ulteriormente este misterio de gracia.
En tal contexto encontramos las palabras pronunciadas por el Sumo Pontífice Benedicto XVI, en la Solemnidad de la Inmaculada Concepción de María; el Papa, contemplando el misterio de María en el misterio de Cristo y de la Iglesia, afirmaba: “La Madre de la Cabeza es también la Madre de toda la Iglesia; ella está, por decirlo así, por completo despojada de sí misma; se entregó totalmente a Cristo, y con él se nos da como don a todos nosotros. En efecto, cuanto más se entrega la persona humana, tanto más se encuentra a sí misma. El Concilio quería decirnos esto: María está tan unida al gran misterio de la Iglesia, que ella y la Iglesia son inseparables, como lo son ella y Cristo” (Homilía del 8 de diciembre 2005).

Así, en la escuela de los Sumos Pontífices, se nos recuerda que amar a Cristo, a María y a la Iglesia de Pedro es para el cristiano un amor inseparable, que vive y se desarrolla en la verdad del Evangelio, en la vida sacramental y de oración y en la caridad fraterna.

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