Podcast Antonio Pacios MSC

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domingo, 27 de noviembre de 2011

LAS DOS VENIDAS DE CRISTO

De las catequesis de San Cirilo de Jerusalén, obispo
(Catequesis 15, 1-3: PG 33, 870-874)
Os anunciamos la venida de Cristo, y no sólo una, sino también una segunda que será sin duda mucho más gloriosa que la primera. La primera se realizó en el sufrimiento, la segunda traerá consigo la corona del reino.

Porque en nuestro Señor Jesucristo casi todo presenta una doble dimensión. Doble fue su nacimiento: uno, de Dios, antes de todos los siglos; otro, de la Virgen, en la plenitud de los tiempos. Doble su venida: una en la oscuridad y calladamente, como lluvia sobre el césped; la segunda, en el esplendor de su gloria, que se realizará en el futuro.

En la primera venida fue envuelto en pañales y recostado en un pesebre; en la segunda aparecerá vestido de luz. En la primera sufrió la cruz, pasando por encima de su ignominia; en la segunda vendrá lleno de poder y de gloria, rodeado de todos los ángeles.

Por lo tanto, no nos detengamos sólo en la primera venida, sino esperemos ansiosamente la segunda. Y así como en la primera dijimos: Bendito el que viene en nombre del Señor, en la segunda repetiremos lo mismo cuando, junto con los ángeles, salgamos a su encuentro y lo aclamemos adorándolo y diciendo de nuevo: Bendito el que viene en nombre del Señor.

Vendrá el Salvador no para ser nuevamente juzgado, sino para convocar a juicio a quienes lo juzgaron a él. El que la primera vez se calló mientras era juzgado dirá entonces a los malvados que durante la crucifixión lo insultaron: Esto hicisteis y callé.

En aquel tiempo vino para cumplir un designio de amor, enseñando y persuadiendo a los hombres con dulzura; pero al final de los tiempos -lo quieran o no- necesariamente tendrán que someterse a su reinado.

De estas dos venidas habla el profeta Malaquías: Pronto entrará en el santuario el Señor a quien vosotros buscáis. Esto lo dice de su primera venida.

Y de la otra dice: El mensajero de la alianza que vosotros deseáis: he aquí que viene -dice el Señor de los ejércitos-. ¿Quién podrá resistir el día de su venida?, ¿quién quedará en pie cuando aparezca? Será como un fuego de fundidor, como lejía de lavandero: se sentará como un fundidor que refina la plata.

Pablo, en su carta a Tito, nos habla también de las dos venidas con estas palabras: Dios ha hecho aparecer a la vista de todos los hombres la gracia que nos trae la salud; y nos enseña a vivir con sensatez, justicia y religiosidad en esta vida, desechando la impiedad y las ambiciones del mundo, y aguardando la feliz esperanza y la manifestación de la gloria del gran Dios y Salvador nuestro, Jesucristo. Mira cómo nos muestra la primera venida, por la cual da gracias, y la segunda, que esperamos.

Por eso la fe que hemos recibido por tradición nos enseña a creer en aquel que subió a los cielos y está sentado a la derecha del Padre. Y de nuevo vendrá con gloria, para juzgar a vivos y muertos, y su reino no tendrá fin.

Vendrá, por tanto, nuestro Señor Jesucristo desde el cielo, vendrá glorioso en el último día. Y entonces será la consumación de este mundo, y este mundo, que fue creado al principio, será totalmente renovado.

RESPONSORIO Cf. Sal 48, 3; 79, 2; 23, 7. 9
R. He aquí que veo venir a lo lejos el poder de Dios y una niebla que cubre toda la tierra. * Id a su encuentro y preguntadle: * «Dinos si tú eres el que esperamos, * el que ha de reinar en el pueblo de Israel.»
V.
Plebeyos y nobles, ricos y pobres,

R.
Id a su encuentro y preguntadle:
V.
Pastor de Israel, escucha, tú que guías a José como a un rebaño:

R.
Dinos si tú eres el que esperamos.
V.
¡Portones!, alzad los dinteles, levantaos, puertas antiguas: va a entrar el Rey de la gloria.

R.
El que ha de reinar en el pueblo de Israel.
V.
He aquí que veo venir a lo lejos el poder de Dios y una niebla que cubre toda la tierra. * Id a su encuentro y preguntadle: * «Dinos si tú eres el que esperamos, * el que ha de reinar en el pueblo de Israel.»

sábado, 26 de noviembre de 2011

10 PISTAS PARA REEVANGELIZAR


Adviento 2011 - 10 PISTAS PARA REEVANGELIZAR
Escrito por Javier Leoz - Sacerdote Diocesano de Pamplona (Navarra)

Image1.Escucha con más atención la Palabra del Señor. ¿Cómo vamos hablar de aquello que no conocemos? “El que escucha la palabra y la entiende, ése dará fruto” (Mt 13, 23)
2.Coloca, en un lugar relevante de tu casa, la Biblia. “Donde está tu tesoro, allí está tu corazón” (Mt 6,19-23)

3.Adorna el exterior de la puerta de tu casa con la Corona de Adviento. ¿Qué significa? Entre otras cosas que, tu familia, prepara la Navidad con sentimientos cristianos. Velad, pues, porque no sabéis ni el día ni la hora. (Mt 25, 1-13)
4.Vive y celebra con interés la Eucaristía. No te conformes con participar en la misa dominical. ¿No tomas todas las mañanas un café? ¿No te sientas a la mesa al mediodía todos los días? ¿Acaso Dios, y tu vida interior, no merece un poco más? “Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos» (Mt 18,20)
5.¿Cuánto hace que no buscas el silencio, la soledad, la contemplación en el interior de una iglesia? Procura, en este tiempo de adviento, tener esa experiencia: el encuentro personal, sin más añadidos que el silencio, con Dios que viene a tu encuentro. Será una sensación muy oxigenante para tu vida. “Señor, enséñanos a orar” (Lc 11, 1)
6.El Papa Benedicto XVI nos recuerda constantemente una exigencia actual: la Nueva Evangelización. ¿Transmites las verdades cristianas en tu familia? ¿Bendices la mesa antes de comer? ¿Te santiguas en el momento de salir a la calle, emprender un viaje o pasar por delante de una iglesia? La Nueva Evangelización no son el hacer cosas nuevas…sino el recuperar lo esencial: no dejarnos descafeinar por el secularismo galopante. “Porque el que se avergüence de mí y de mis palabras, de éste se avergonzará el Hijo del Hombre cuando venga en su gloria, y la del Padre, y la de los santos ángeles.”(Lc 9,26)
7.No olvides, en este tiempo de Adviento, la presencia y la figura de la Virgen María. Nunca, una mujer tan sencilla, fue tan feliz por dentro y por fuera. ¿Rezas el ángelus? ¿Cuánto hace que no visitas un santuario mariano o que no rezas el Ave María? “..desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones.”(Lc 1,48)
8.El Adviento es una puerta abierta a la esperanza. ¿Cuáles son tus sueños? ¿En dónde están puestas tus metas? ¿Juega la fe un papel fundamental en tu vida? Testimonia tu fe allá donde estés. No te dejes asediar por la timidez. No encierres dentro de ti aquello que, en Navidad, es lo más grande: Cristo. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mt 28,
16-20).
9.El Papa Benedicto XVI ha convocado, a partir del 12 de octubre de 2012 “El Año de la Fe”. ¿Por qué no iniciamos ya desde ahora nuestro interés por el Evangelio? Tal vez, un regalo para el alma, el espíritu y el bienestar físico y moral, es el Evangelio del 2012. ¡Cómpralo y…obséquialo! "Lo que hiciereis con uno de estos pequeños, a mi me lo hacéis” (Mt 25,40)
10.El Adviento es un despertador de nuestra conciencia cristiana. Nos hace tomar posiciones. No solamente somos oyentes. Que sea un tiempo privilegiado para, con persuasión y convencidos de lo que somos y de la Navidad que se acerca, mantengamos la tensión espiritual de nuestra vida. Que no nos engulla el ambiente consumista. Que, lejos de deshacernos como un azucarillo en el agua, nos mantengamos a flote anunciando lo que está por venir: JESUS.

viernes, 25 de noviembre de 2011

RECHACEMOS EL TEMOR A LA MUERTE

Del Tratado de san Cipriano, obispo y mártir, Sobre la muerte
(Cap. 18, 24. 26: CSEL 3, 308. 312-314)

RECHACEMOS EL TEMOR A LA MUERTE CON EL PENSAMIENTO DE LA INMORTALIDAD QUE LA SIGUE

Si el mundo odia al cristiano, ¿por qué amas al que te odia, y no sigues más bien a Cristo, que te ha redimido y te ama? Juan, en su carta, nos exhorta con palabras bien elocuentes a que no amemos el mundo ni sigamos las apetencias de la carne: No améis al mundo -dice- ni lo que hay en el mundo. Quien ama al mundo no posee el amor del Padre, porque todo cuanto hay en el mundo es concupiscencia de la carne, concupiscencia de los ojos y soberbia de la vida. El mundo pasa y sus concupiscencias con él. Pero quien cumple la voluntad de Dios permanece para siempre. Procuremos más bien, hermanos muy queridos, con una mente íntegra, con una fe firme, con una virtud robusta, estar dispuestos a cumplir la voluntad de Dios, cualquiera que ésta sea; rechacemos el temor a la muerte con el pensamiento de la inmortalidad que la sigue. Demostremos que somos lo que creemos.

Debemos pensar y meditar, hermanos muy amados, que hemos renunciado al mundo y que mientras vivimos en él somos como extranjeros y peregrinos. Deseemos con ardor aquel día en que se nos asignará nuestro propio domicilio, en que se nos restituirá al paraíso y al reino, después de habernos arrancado de las ataduras que en este mundo nos retienen. El que está lejos de su patria es natural que tenga prisa por volver a ella. Para nosotros, nuestra patria es el paraíso; allí nos espera un gran número de seres queridos, allí nos aguarda el numeroso grupo de nuestros padres, hermanos e hijos, seguros ya de su suerte, pero solícitos aún de la nuestra. Tanto para ellos como para nosotros significará una gran alegría el poder llegar a su presencia y abrazarlos; la felicidad plena y sin término la hallaremos en el reino celestial, donde no existirá ya el temor a la muerte, sino la vida sin fin.

Allí está el coro celestial de los apóstoles, la multitud exultante de los profetas, la innumerable muchedumbre de los mártires, coronados por el glorioso certamen de su pasión; allí las vírgenes triunfantes, que con el vigor de su continencia dominaron la concupiscencia de su carne y de su cuerpo; allí los que han obtenido el premio de su misericordia, los que practicaron el bien, socorriendo a los necesitados con sus bienes, los que, obedeciendo el consejo del Señor, trasladaron su patrimonio terreno a los tesoros celestiales. Deseemos ávidamente, hermanos muy amados, la compañía de todos ellos. Que Dios vea estos nuestros pensamientos, que Cristo contemple este deseo de nuestra mente y de nuestra fe, ya que tanto mayor será el premio de su amor, cuanto mayor sea nuestro deseo de él.

RESPONSORIO Flp 3, 20-21; Col 3, 4
R. Nuestros derechos de ciudadanía radican en los cielos, de donde esperamos que venga Como salvador Cristo Jesús, el Señor. * Él transfigurará nuestro cuerpo de humilde condición en un cuerpo glorioso, semejante al suyo.
V.
Cuando se manifieste Cristo, que es vuestra vida, os manifestaréis también vosotros con él, revestidos de gloria.
R. Él transfigurará nuestro cuerpo de humilde condición en un cuerpo glorioso, semejante al suyo.
ORACIÓN.
OREMOS,
Mueve, Señor, nuestros corazones, para que correspondamos con mayor generosidad a la acción de tu gracia, y recibamos en mayor abundancia la ayuda de tu bondad. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

jueves, 24 de noviembre de 2011

Por qué cuesta tanto evangelizar en un Occidente frenético




CAMINEO.INFO.-



De York a Tarrasa: por qué cuesta tanto evangelizar en un Occidente frenético


Thu, 24 Nov 2011 16:06:00

CAMINEO.INFO.-Los occidentales estamos demasiado ocupados, nos creemos seguros y felices y hasta pensamos ser espirituales, dicen los expertos. "No tiene sentido empezar la evangelización a alejados invitándoles a venir a misa", dicen: "antes hay que pararlos".

A medida que el Papa Benedicto XVI insiste en sus llamados a la Nueva Evangelización, diócesis e iglesias locales en Occidente se plantean cómo llegar a los alejados, a gente que quizá está bautizada, pero no parece interesada en el mensaje cristiano.

Un ejemplo se pudo ver el pasado sábado 19 en el Casal Borja de Sant Cugat del Vallès, en una jornada diocesana convocada por José Ángel Saiz Meneses, obispo de Tarrasa, a la que asistieron 350 personas con funciones pastorales para escuchar el análisis del filósofo Francesc Torralba, un pensador con más perspectiva sociológica de lo que es habitual.

El diagnóstico de Torralba
Torralba, en su conferencia "Dar razón de la fe en un mundo incierto", explicó algunas de las características que hacen especialmente difícil evangelizar nuestras sociedades occidentales:

1) Para escuchar el Evangelio, que da fortaleza, hay que tener conciencia de vulnerabilidad. En una sociedad opulenta muchos se sienten seguros y no tienen esta conciencia de vulnerabilidad. En cambio, la muerte y el dolor se convierten en momentos muy especiales... y ahí el mensaje cristiano sí ofrece sentido y liberación.

2) Para escuchar el Evangelio, hay que pararse. Por desgracia, nuestra sociedad es frenética, la gente no está quieta ni atenta, sino muy dispersa. La Iglesia tiene que fomentar espacios y momentos para detenerse y escuchar. Por ejemplo, hay que pararse y reflexionar ante la enfermedad. O ante la belleza. ¡La clave está en pararse!

3) Además, ¡hay otras opciones religiosas y espirituales! Llegan otras religiones y mensajes... eso obliga a afinar más en la razonabilidad de la propuesta cristiana. Es verdad que hay desencanto ante las viejas ideologías políticas, pero se mantiene el consumismo, el individualismo, "una hipertrofia de medios y una atrofia de sentido".

En Inglaterra dicen lo mismo
Curiosamente, el benedictino inglés Christopher Jamison expuso esos mismos elementos en un encuentro en York el pasado 12 de noviembre sobre evangelización a alejados.

"No tiene sentido empezar la evangelización a alejados invitándoles a venir a misa. La gente primero necesita sentir que les invitamos a un sentido de propósito renovado, no a llenar un banco en la iglesia", explicó en la primera sesión de un ciclo llamado "Cruzando el umbral", que empezó en York pero llegará a Birmingham en febrero, a Crawley en marzo, a Westminster en abril y a Cardiff en junio.

"Los mayores obstáculos no son los sospechosos habituales, como el materialismo o la apatía. El mayor reto es que la gente está ocupada, feliz y espiritual", añadió Jamison.

Obsérvese que coincide con lo explicado por Torralba: "ocupada, feliz y espiritual" es lo mismo que dice el filósofo catalán: "frenética, sin vulnerabilidades y con otras opciones espirituales". El benedictino inglés y el filósofo catalán han coincidido en el análisis.

Jamison lo explica así:

1) "Ocupados": todos creen estar muy ocupados, y les gusta porque les hace sentirse importantes. Quizá son católicos, bautizados, y creen en Dios, pero no tienen tiempo para Él.

2) "Felices": en realidad, dicen que "se sienten bien" y que, en cualquier caso, el sentido de la vida es "sentirse bien". Eso se consigue manteniéndose bien con tus amigos cercanos y tu familia. Pero... ¿y si fallan la familia y los amigos más cercanos? Entonces falla todo, porque no hay nada más: ni clan, ni tribu, ni nación, ni gran visión para mejorar el mundo, darse a los demás, etc...

3) Espiritual: "casi todo el mundo dice hoy que no es religioso pero sí muy espiritual".

Resultado: sólo 1 de cada 3 católicos es practicante, y sólo lo es uno de cada 8 jóvenes católicos (en Inglaterra y Gales).

Algunas "soluciones"
1) Para los ocupados: sólo hay una respuesta, hay que pararlos. Que se estén quietos. [Esto implicaría quizá retiros, peregrinaciones, viajes, santuarios... o, como hace el Curso Alpha, ratos para comer y charlar]

2) Para los "felices", que buscan "sentirse bien", recomienda "ayudarles a que conozcan el bien y a que hagan el bien, que vivan el bien: ¡eso es la felicidad!"

3) Para los "espirituales": han de entender que lo religioso no es opuesto a lo espiritual. Metafísica, ayunos, ascetismo... ¿no ofrece todo eso la Iglesia?

Por eso, antes de invitar a ir a misa a los alejados, tiene sentido empezar con otras invitaciones:

a) invitarles a grupos católicos que se reúnen en casas y a grupos católicos de oración


b) invitarles a encuentros de reflexión y/en silencio. "A los jóvenes se les puede animar a hacer silencios acompañados; no infravaloremos el poder de lo simple"

c) invitar a conciertos de música sacra en hermosos edificios eclesiales (un momento para pararse y contemplar la belleza)

d) crear "santuarios": parroquias que estén abiertas 24 horas para que la gente rece, se siente, reflexione... capillas, lugares especiales, disponibles...

Después, ya es posible invitarles a misa... eso sí, acompañándolos. 

martes, 22 de noviembre de 2011

De los Comentarios de san Agustín, obispo, sobre los salmos
(Salmo 32, sermón 1, 7-8: CCL 38, 253-254)

CANTAD A DIOS CON MAESTRÍA Y CON JÚBILO

Dad gracias al Señor con la cítara, tocad en su honor el arpa de diez cuerdas; cantadle un cántico nuevo. Despojaos de lo antiguo, ya que se os invita al cántico nuevo. Nuevo hombre, nuevo Testamento, nuevo cántico. El nuevo cántico no responde al hombre antiguo. Sólo pueden aprenderlo los hombres nuevos, renovados de su antigua condición por obra de la gracia y pertenecientes ya al nuevo Testamento, que es el reino de los cielos. Por él suspira todo nuestro amor y canta el cántico nuevo. Pero es nuestra vida, más que nuestra voz, la que debe cantar el cántico nuevo.

Cantadle un cántico nuevo, cantadle con maestría. Cada uno se pregunta cómo cantará a Dios. Cántale, pero hazlo bien. Él no admite un canto que ofenda sus oídos. Cantad bien, hermanos. Si se te pide que cantes para agradar a alguien entendido en música, no te atreverás a cantarle sin la debida preparación musical, por temor a desagradarle, ya que él, como perito en la materia, descubrirá unos defectos que pasarían desapercibidos a otro cualquiera. ¿Quién, pues, se prestará a cantar con maestría para Dios, que sabe juzgar del cantor, que sabe escuchar con oídos críticos? ¿Cuándo podrás prestarte a cantar con tanto arte y maestría que en nada desagrades a unos oídos tan perfectos?

Mas he aquí que él mismo te sugiere la manera cómo has de cantarle: no te preocupes por las palabras, como si éstas fuesen capaces de expresar lo que deleita a Dios. Canta con júbilo. Éste es el canto que agrada a Dios, el que se hace con júbilo. ¿Qué quiere decir cantar con júbilo? Darse cuenta de que no podemos expresar con palabras lo que siente el corazón. En efecto, los que cantan, ya sea en la siega, ya en la vendimia o en algún otro trabajo intensivo, empiezan a cantar con palabras que manifiestan su alegría, pero luego es tan grande la alegría que los invade que, al no poder expresarla con palabras, prescinden de ellas y acaban en un simple sonido de júbilo.

El júbilo es un sonido que indica la incapacidad de expresar lo que siente el corazón. Y este modo de cantar es el más adecuado cuando se trata del Dios inefable. Porque, si es inefable, no puede ser traducido en palabras. Y, si no puedes traducirlo en palabras y, por otra parte, no te es lícito callar, lo único que puedes hacer es cantar con júbilo. De este modo, el corazón se alegra sin palabras y la inmensidad del gozo no se ve limitada por unos vocablos. Cantadle con maestría y con júbilo.

RESPONSORIO Sal 70, 8. 23; 9 A, 3
R. Llena está mi boca de tu alabanza y de tu gloria, todo el día; * te aclamarán mis labios, Señor.V. Me alegro y exulto contigo y toco en honor de tu nombre, ¡oh Altísimo! R. Te aclamarán mis labios, Señor.
ORACIÓN.
OREMOS,
Acoge con bondad nuestras súplicas, Señor, y, por intercesión de santa Cecilia, dígnate escucharnos. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.
Amén

sábado, 19 de noviembre de 2011

SEÑOR, DIOS ETERNO


Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Tú vendrás algún día,
como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.
Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor,
y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado.

viernes, 18 de noviembre de 2011

EL MISTERIO DE CRISTO EN NOSOTROS Y EN LA IGLESIA

Del Tratado de san Juan Eudes, presbítero, Sobre el reino de Jesús
(Parte 3, 4: Opera omnia 1, 310-312)
Debemos continuar y completar en nosotros los estados y misterios de la vida de Cristo, y suplicarle con frecuencia que los consume y complete en nosotros y en toda su Iglesia.

Porque los misterios de Jesús no han llegado todavía a su total perfección y plenitud. Han llegado ciertamente a su perfección y plenitud en la persona de Jesús, pero no en nosotros, que somos sus miembros, ni en su Iglesia, que es su cuerpo místico. El Hijo de Dios quiere comunicar y extender en cierto modo y continuar sus misterios en nosotros y en toda su Iglesia, ya sea mediante las gracias que ha determinado otorgarnos, ya mediante los efectos que quiere producir en nosotros a través de estos misterios. En este sentido quiere completarlos en nosotros.

Por esto san Pablo dice que Cristo halla su plenitud en la Iglesia y que todos nosotros contribuimos a su edificación y a la edad de Cristo en su plenitud, es decir, a aquella edad mística que él tiene en su cuerpo místico, y que no llegará a su plenitud hasta el día del juicio. El mismo Apóstol dice, en otro lugar, que él va completando las tribulaciones que aún le quedan por sufrir con Cristo en su carne mortal.

De éste modo el Hijo de Dios ha determinado consumar y completar en nosotros todos los estados y misterios de su vida. Quiere llevar a término en nosotros los misterios de su encarnación, de su nacimiento, de su vida oculta, formándose en nosotros y volviendo a nacer en nuestras almas por los santos sacramentos del bautismo y de la sagrada eucaristía, y haciendo que llevemos una vida espiritual e interior, oculta con él en Dios.

Quiere completar en nosotros el misterio de su pasión, muerte y resurrección, haciendo que suframos, muramos y resucitemos con él y en él. Finalmente, completará en nosotros su estado de vida gloriosa e inmortal cuando haga que vivamos con él y en él una vida gloriosa y eterna en el cielo. Del mismo modo quiere consumar y completar los demás estados y misterios de su vida en nosotros y en su Iglesia, haciendo que nosotros los compartamos y participemos de ellos, y que en nosotros sean continuados y prolongados.

Según esto, los misterios de Cristo no estarán completos hasta el final de aquel tiempo que él ha destinado para la plena realización de sus misterios en nosotros y en la Iglesia, es decir, hasta el fin del mundo.

RESPONSORIO Col 1, 24. 29
R. Ahora me alegro de los padecimientos que he sufrido por vosotros, * y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal.V. Con este fin me esfuerzo y lucho, contando con la eficacia de Cristo, que actúa poderosamente en mí.R. Y voy completando en favor del cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, las tribulaciones que aún me quedan por sufrir con Cristo en mi carne mortal.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, Dios nuestro, concédenos alegrarnos siempre en tu servicio, porque la profunda y verdadera alegría está en ser fiel a ti, autor de todo bien. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Rezar los salmos enriquece la relación con Dios


Durante la audiencia general de hoy, celebrada en la plaza de San Pedro con más de 11.000 participantes, el Santo Padre impartió la última catequesis del ciclo que ha dedicado a los Salmos
Se centró en el 110, "un salmo que citó Jesús mismo, y que los autores del Nuevo Testamento retoman y leen ampliamente refiriéndolo al Mesías. (...) Es un salmo muy amado en la Iglesia antigua y por los creyentes de todos los tiempos", que celebra "al Mesías victorioso, glorificado a la derecha de Dios".
El salmo comienza con una solemne declaración: "Oráculo del Señor a mi señor: 'Siéntate a mi derecha hasta que ponga a tus enemigos como estrado de tus pies'". Benedicto XVI explicó que "es Cristo el Señor entronizado, el Hijo del hombre sentado a la derecha de Dios (...) Es Él el verdadero rey que con la resurrección ha entrado en la gloria (...), superior a los ángeles, sentado en los cielos por encima de toda potencia y potestad, y con todos los adversarios a sus pies hasta que derrote definitivamente a la última enemiga, la muerte".
Entre el rey celebrado en el salmo y Dios existe una relación inseparable: "Los dos gobiernan juntos, hasta el punto de que el salmista afirma que Dios mismo entrega el cetro al soberano, diciéndole que domine a sus adversarios. (...) El ejercicio del poder es un encargo que el rey recibe directamente del Señor, una responsabilidad que debe vivir en la dependencia y en la obediencia, siendo así signo de la presencia potente y providente de Dios en medio del pueblo. El dominio sobre los enemigos, la gloria y la victoria son dones recibidos que hacen del soberano un mediador del triunfo divino sobre el mal".

En el versículo 4 aparece la dimensión sacerdotal ligada a la realeza: "El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: 'Tú eres sacerdote para siempre según el orden de Melquisedec'". Este sacerdote, rey de Salem, bendijo a Abraham y ofreció pan y vino después de la victoriosa campaña militar dirigida por el patriarca para salvar a Lot de los enemigos que lo habían capturado. El rey del salmo "será sacerdote para siempre, mediador de la presencia divina en medio de su pueblo, de la bendición que viene de Dios". Jesucristo "es el verdadero y definitivo sacerdote que cumple los rasgos sacerdotales de Melquisedec haciéndolos perfectos". En efecto, en el pan y el vino de la Eucaristía, Cristo "se ofrece a sí mismo y, tras vencer la muerte, trae vida a todos los creyentes".
Los versículos finales muestran "la visión del soberano triunfante que, apoyado en el Señor y habiendo recibido de Él poder y gloria, se opone a los enemigos derrotando a los adversarios y juzgando a las naciones" en una victoria definitiva.
La tradición de la Iglesia considera este salmo como uno de los textos mesiánicos más significativos: "El rey cantado por el salmista es Cristo, el Mesías que instaura el reino de Dios y vence las potencias del mundo, es el Verbo generado por el Padre antes de toda criatura; el Hijo encarnado, muerto y resucitado que ascendió a los cielos, el sacerdote eterno que, en el misterio del pan y del vino, perdona los pecados y reconcilia con Dios, el rey que levanta la cabeza triunfando sobre la muerte con su resurrección".
El Salmo nos invita a "contemplar a Cristo para comprender el sentido de la verdadera realeza, que hay que vivir en el servicio y la entrega, en un camino de obediencia y de amor llevado 'hasta el fin'. Rezando este salmo, pidamos al Señor que podamos avanzar nosotros también por sus caminos siguiendo a Cristo, el rey Mesías, dispuestos a subir con Él al monte de la cruz para llegar con Él a la gloria y contemplarlo sentado a la derecha del Padre, rey victorioso y sacerdote misericordioso que perdona y salva a todos los hombres".
Por último, el Papa señaló que, en la serie de catequesis dedicadas a los salmos, ha elegido algunos "que reflejan las diversas situaciones de la vida y estados de ánimo que podemos sentir respecto a Dios. Quisiera renovar la invitación a rezar más con los salmos, quizá usando la Liturgia de las Horas, Laudes por la mañana, Vísperas por la tarde y Completas antes de dormir. Nuestra relación con Dios se enriquecerá en el camino diario hacia Él".
CIUDAD DEL VATICANO, 16 NOV 2011

martes, 15 de noviembre de 2011

San Alberto Magno


San Alberto Magno

Obispo y doctor de la Iglesia
Nació en Lauingen (Alemania), cerca del Danubio, alrededor del año 1206; hizo sus estudios en Padua y en París. Ingresó en la Orden de Predicadores, en la que ejerció con éxito el profesorado en varios lugares. Ordenado obispo de Ratisbona, puso todo su empeño en pacificar pueblos y ciudades. Es autor de muchas e importantes obras de teología, como también de ciencias naturales. Murió en Colonia el año 1280.

Pastor y doctor para la edificación del cuerpo de Cristo

Del comentario de san Alberto Magno, obispo, sobre el evangelio de san Lucas
Haced esto en conmemoración mía. Dos cosas hay destacar en estas palabras. La primera es el mandato de celebrar este sacramento, mandato expresado en las palabras: Haced esto. La segunda es que se trata del memorial de la muerte que sufrió el Señor por nosotros.
Dice, pues: Haced esto. No podríamos imaginarnos un mandato más provechoso, más dulce, más saludable, más amable, más parecido a la vida eterna. Esto es lo que vamos a demostrar punto por punto.
Lo más provechoso en nuestra vida es lo que nos sirve para el perdón de los pecados y la plenitud de la gracia. Él, el Padre de los espíritus, nos instruye en lo que es provechoso para recibir su santificación. Su santificación consiste en su sacrificio, esto es, en su ofrecimiento sacramental, cuando se ofrece al Padre por nosotros y se ofrece a nosotros para nuestro provecho. Por ellos me consagro yo. Cristo, que, en virtud del Espíritu eterno, se ha ofrecido a Dios como sacrificio sin mancha, podrá purificar nuestra conciencia de las obras muertas, llevándonos al culto del Dios vivo.
Es también lo más dulce que podemos hacer. ¿Qué puede haber más dulce que aquello en que Dios nos muestra toda su dulzura? A tu pueblo lo alimentaste con manjar de ángeles, proporcionándole gratuitamente, desde el cielo, pan a punto, de mil sabores, a gusto de todos; este sustento tuyo demostraba a tus hijos tu dulzura, pues servía al deseo de quien lo tomaba y se convertía en lo que uno quería.
Es lo más saludable que se nos podía mandar. Este sacramento es el fruto del árbol de la vida, y el que lo come con la devoción de una fe sincera no gustará jamás la muerte. Es árbol de vida para los que la cogen, son dichosos los que la retienen. El que me come vivirá por mí. Es lo más amable que se nos podía mandar. Este sacramento, en efecto, es causa de amor y de unión. La máxima prueba de amor es darse uno mismo como alimento. Los hombres de mi campamento dijeron: «¡Ojalá nos dejen saciarnos de su carne!»; que es como si dijera: «Tanto los amo yo a ellos y ellos a mí, que yo deseo estar en sus entrañas y ellos desean comerme, para, incorporados a mí, convertirse en miembros de mi cuerpo. Era imposible un modo de unión más íntimo y verdadero entre ellos y yo».
Y es lo más parecido a la vida eterna que se nos podía mandar. La vida eterna viene a ser una continuación de este sacramento, en cuanto que Dios penetra con su dulzura en los que gozan de la vida bienaventurada.
Oración
Señor, tú que has hecho insigne al obispo san Alberto Magno, porque supo conciliar de modo admirable la ciencia divina con la sabiduría humana, concédenos a nosotros aceptar de tal forma su magisterio que, por medio del progreso de las ciencias, lleguemos a conocerte y a amarte mejor. Por nuestro Señor Jesucristo.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Por qué la Iglesia no debe pagar el IBI


Por qué la Iglesia no debe pagar el IBI
La paradoja está servida: es la institución que más está haciendo por los más afectados ante la crisis, pero se le exige que pierda la exención de un impuesto que también tienen sindicatos, partidos políticos o Cruz Roja
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Marcar la casilla de la Iglesia en la renta ayuda a que ésta desarrolle su enorme labor social
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En estos días se han levantado voces que solicitan que la iglesia deje de estar exenta del pago del Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI) porque, según afirman algunas voces, es un privilegio y porque en estos tiempos de crisis los ayuntamientos no se pueden permitir el renunciar a lo recaudado por ese concepto.
Por eso, el sacerdote Jorge González Guadalix, párroco de la Parroquia Beata María Ana Mogas, en el barrio de Tres Olivos, de Madrid ha publicado un texto en su blog, que ha cobrado especial relevancia en la web, en el que reflexiona sobre por qué la Iglesia católica no debe pagar el IBI.
En primer lugar, el autor del blog ‘Jorge, De profesión, cura hace unas consideraciones relevantes. La primera es que el supuesto privilegio de la exención del impuesto del IBI “no es en absoluto un privilegio especial de la Iglesia Católica”.
El sacerdote enumera los diferentes organismos que gozan de ese beneficio: los servicios públicos (Defensa, Seguridad, Educación y Servicios penitenciarios); los inmuebles destinados a usos religiosos por aplicación de Convenios con la Santa Sede, con Federación de Entidades Religiosas Evangélicas, con Federación de Comunidades Israelitas y con la Comisión Islámica; los inmuebles pertenecientes a gobiernos extranjeros o que les sea de aplicación la exención por convenios internacionales; los pertenecientes a Cruz Roja; los terrenos ocupados por las líneas de ferrocarriles y los edificios enclavados en los mismos terrenos; los colegios concertados; los pertenecientes al patrimonio histórico-artístico. Además de estos los beneficiados de esta excención son las entidades sin fines lucrativos; y los partidos políticos y sindicatos que, según González Guadix, “no tienen que declarar lo ingresado por cuotas, las subvenciones, las donaciones, los rendimientos de sus actividades económicas, y los rendimientos procedentes de las rentas de su patrimonio”.
El texto continúa preguntándose por qué se le pide a la Iglesia que no pague el IBI cuando nadie pide que partidos políticos y sindicatos renuncien a sus enormes ventajas fiscales. Nadie que paguen el IBI las mezquitas o templos budistas. Nadie clama por el pago del IBI de embajadas, o colegios, o grandes palacios. Ni exigen que lo pague el ejército o las comisarías, las estaciones de RENFE o las cárceles”.
Otra consideración que cabe hacerse, según este blogger, es el oportunismo de esta demanda de la Iglesia porque en el momento de crisis actual los ayuntamientos necesitan más dinero.
“Esta crisis está generando evidentemente una gran pobreza –prosigue el blog-. ¿Qué están haciendo por los pobres las embajadas, los propietarios de los grandes palacios, las mezquitas…? ¿Qué están haciendo por ellos los ayuntamientos? Porque a Caritas nos llegan cada día personas enviadas por sus ayuntamientos para que les echemos una mano, ya que ellos andan justos de presupuesto. No los envían a los sindicatos ni a los partidos, a las mezquitas o sinagogas, embajadas o legaciones diplomáticas. No. A las parroquias”, constata.
González Guadalix explica el caso particular de su parroquia, donde se llevan atenidas más de 250 personas sin trabajo “de las que ya han conseguido empleo más de ochenta”. “Ayudamos con alimentos a treinta familias a las que se llena el carro de la compra dos veces al mes. Y no es nada. Compañeros tengo que atienden a ciento cincuenta familias”. Esa es la labor que realizan las parroquias en sus barrios y a las que se les pretende poner trabas aumentándoles los impuestos. Precisamente la Iglesia es la institución que más está haciendo por sacar adelante a los más necesitados y afectados por la crisis. 

San Martín de Tours, obispo


San Martín de Tours, obispo

FIESTA: 11 DE NOVIEMBRE


Nació en Panonia, Hungría, el año 316. Sus padres eran paganos. Estudió en Pavía, donde conoció el Cristianismo. Su padre -que era tribuno militar-, para desviarle del Cristianismo, le obligó a ingresar en el ejército. Martín concilió sus deberes militares con sus aspiraciones cristianas. Vida ejemplar de monje y soldado: valentía y vida santa y caritativa.
Siendo militar sucedió el hecho tan tratado en la iconografía. Era invierno, y al entrar en Amiens, encuentra un mendigo casi helado, sin ropa. Divide su capa en dos partes y entrega una al pobre. Cristo se le aparece vestido con la media capa, diciéndole: "Martín, catecúmeno, me has cubierto con este vestido".
Pronto recibe el bautismo. Deja la milicia para seguir a Cristo. San Hilario de Poitiers quiere ordenarlo diácono; él se queda de exorcista. Vuelve a su patria, convierte a su madre. De nuevo en Poitiers funda Ligugé, auténtico monasterio misional. Allí pasa once años, feliz en su ambiente, pues Martín fue "soldado por fuera, Obispo a la fuerza, monje por gusto".
Martín vivía feliz en el monasterio, pero Tours se había quedado sin Obispo y en el año 371 los cristianos se apoderan de él y le imponen el Obispado a la fuerza. Acusa a emperadores, reprime a los herejes, defiende a los débiles y a los condenados a muerte, realiza innumerables milagros, y entre ellos se le atribuye la resurrección de varios muertos. Su fama es indescriptible. Es llamado el "Apóstol de las Galias" -nadie hizo tanto como él por Francia católica- y San Gregorio de Tours le invoca como "patrón especial del mundo entero".
Tan intensos viajes apostólicos, tanta obra de caridad, hasta vaciarse totalmente, agotaron sus fuerzas físicas. Se veía morir. Sus discípulos le piden que no los deje huérfanos y él, dirigiéndose a Dios le dice: "Señor, si tu pueblo todavía me necesita, no rehúso el trabajo; pero hágase tu voluntad".
San Martín entregó su alma a Dios el 8 de noviembre del año 397. Martín fue ante todo un asceta, un apóstol, un hombre de oración, muy influyente en toda la espiritualidad medieval. Su faceta principal: la caridad. Su gesto en Amiens, de dar la mitad de su capa a un pobre, fue superado, cuando siendo Obispo entregó su túnica entera a un mendigo -gesto menos conocido-. Sus mismos milagros, como los de Cristo, fueron milagros de caridad, pasó haciendo el bien. Está considerado como el patrono de los comerciantes y es conocido también por el nombre de San Martín Caballero.

* Todos, como San Martín, debemos ser soldados de Cristo, y nuestra pelea debe ser contra nosotros mismos: lucha interior, para parecernos cada vez más al Maestro.



Gentileza de Encuentra.comwww.iglesia.org

jueves, 10 de noviembre de 2011

EL ESPECIAL SERVICIO DE NUESTRO MINISTERIO

De los Sermones de san León Magno, papa
(Sermón 4, 1-2: PL 54, 148-149)
Aunque toda la Iglesia está organizada en distintos grados, de manera que la integridad del sagrado cuerpo consta de una diversidad de miembros, sin embargo, como dice el Apóstol, todos somos uno en Cristo Jesús; y esta diversidad de funciones no es en modo alguno causa de división entre los miembros, ya que todos, por humilde que sea su función, están unidos a la cabeza. En efecto, nuestra unidad de fe y de bautismo hace de todos nosotros una sociedad indiscriminada, en la que todos gozan de la misma dignidad, según aquellas palabras de san Pedro, tan dignas de consideración: También Vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo; y más adelante: Vosotros sois linaje escogido, sacerdocio regio, nación santa, pueblo adquirido por Dios.

La señal de la cruz hace reyes a todos los regenerados en Cristo, y la unción del Espíritu Santo los consagra sacerdotes; y así, además de este especial servicio de nuestro ministerio, todos los cristianos espirituales y perfectos deben saber que son partícipes del linaje regio y del oficio sacerdotal. ¿Qué hay más regio que un espíritu que, sometido a Dios, rige su propio cuerpo? ¿Y qué hay más sacerdotal que ofrecer a Dios una conciencia pura y las inmaculadas víctimas de nuestra piedad en el altar del corazón? Aunque esto, por gracia de Dios, es común a todos, sin embargo, es también digno y laudable que os alegréis del día de nuestra promoción como de un honor que os atañe también a vosotros; para que sea celebrado así en todo el cuerpo de la Iglesia el único sacramento del pontificado, cuya unción consecratoria se derrama ciertamente con más profusión en la parte superior, pero desciende también con abundancia a las partes inferiores.

Así pues, amadísimos hermanos, aunque todos tenemos razón para gozarnos de nuestra común participación en este oficio, nuestro motivo de alegría será más auténtico y elevado si no detenéis vuestra atención en nuestra humilde persona, ya que es mucho más provechoso y adecuado elevar nuestra mente a la contemplación de la gloria del bienaventurado Pedro y celebrar este día solemne con la veneración de aquel que fue inundado tan copiosamente por la misma fuente de todos los carismas, de modo que, habiendo sido el único que recibió en su persona tanta abundancia de dones, nada pasa a los demás si no es a través de él. Así, el Verbo hecho carne habitaba ya entre nosotros, y Cristo se había entregado totalmente a la salvación del género humano.

RESPONSORIO Mt 16, 18; Sal 47, 9
R. Dijo Jesús a Simón: «Yo te digo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, * y los poderes del infierno no la derrotarán.»V. Dios la ha fundado para siempre. R. Y los poderes del infierno no la derrotarán.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor, tú que nos has prometido que las fuerzas del mal nunca prevalecerán contra la Iglesia, cimentada sobre la roca de Pedro, haz que, por la intercesión del papa san León Magno, tu pueblo permanezca siempre firme en la verdad y goce de una paz estable y verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

lunes, 7 de noviembre de 2011

“a Dios lo encuentran los que lo buscan”


El Papa en el aniversario de su visita a la Sagrada Familia: “a Dios lo encuentran los que lo buscan”
"Hace un año, en Barcelona, tuve la alegría de dedicar la Basílica de la Sagrada Familia, admirable suma de técnica, pericia y fe que concibió el siervo de Dios Antonio Gaudí, genial arquitecto”, recuerda Benedicto XVI

 
El Papa Benedicto XVI acompañado del cardenal arzobispo en Barcelona
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El cardenal arzobispo rememora la visita
ForumLibertas.com
Con motivo del primer aniversario de la dedicación del templo de la Sagrada Familia de Barcelona, el Papa Benedicto XVI ha recordado este domingo la basílica que él mismo dedicó durante su visita a Barcelona.
"Hace un año, en Barcelona, tuve la alegría de dedicar la Basílica de la Sagrada Familia, admirable suma de técnica, pericia y fe que concibió el Siervo de Dios Antonio Gaudí, genial arquitecto", ha señalado tras el Angelus dominical, que ha concluido con el saludo en catalán "Bon diumenge" ("Feliz domingo").
Del mismo modo, en su saludo a los peregrinos de lengua española que se congregaron en la plaza de San Pedro, el Papa ha señalado que “el encuentro con Dios, no se improvisa, es algo que debe recorrer la vida entera”.
Así, ha indicado que “a Dios lo encuentran los que lo buscan” y ha animado a los fieles “a vivir la sabiduría de la vigilancia, para entrar en el banquete eterno”.
Con motivo del aniversario, el cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, presidió el mismo domingo por la tarde una eucaristía en la basílica, en la que también se celebrará el cincuenta aniversario de su ordenación sacerdotal.
A la misa accedieron 4.500 personas debido al aforo limitado que por cuestiones de seguridad tiene la basílica para este tipo de actos. Además, la eucaristía contó con 600 cantores que entonaron cánticos, entre ellos se encontraban los niños de la escolanía de Montserrat.
El cardenal arzobispo de Barcelona, Lluís Martínez Sistach, ha rememorado en una carta la visita del papa a su diócesis hace un año, para dedicar la basílica de la Sagrada Familia.
“Fue un auténtico don de Dios. El papa visitó nuestra Iglesia diocesana y nos manifestó su afecto y su solicitud pastoral. Al pie del avión que lo retornaba a Roma, me dijo que se llevaba un recuerdo inolvidable de esta visita. También nosotros conservamos un gran recuerdo de ella”, afirma el purpurado en su visita.
Sistach recuerda que este lunes, 7 de noviembre se cumple el primer aniversario de aquellos acontecimientos y recuerda que es una buena ocasión “para dar gracias a Dios por la visita apostólica de nuestro estimado Santo Padre, para renovar nuestros sentimientos de comunión y afecto hacia él, y para recordar y poner en práctica los mensajes que nos dejó durante su estancia entre nosotros”.
Además, el cardenal arzobispo, que cumple 50 años de bodas sacerdotales, ha abordado la cuestión de la reducción en el número de vocaciones: “al celebrar las bodas de oro sacerdotales, nos preocupa que en el futuro en nuestras comunidades cristianas falten los presbíteros. Por ello, la celebración de hoy tiene una clara intención de invitar a los jóvenes que se puedan sentir llamados al sacerdocio a dar su sí al Señor”, concluye.

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