Podcast Antonio Pacios MSC

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sábado, 28 de abril de 2012

EL BUEN PASTOR


Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!

Esta es la razón más profunda y verdadera del amor de Cristo, Buen Pastor, a todas sus ovejas: que todos somos hijos de Dios, que Dios es padre de todos. 
Y esta debe ser también la única brújula que guíe y oriente nuestro amor a los demás: todos somos hermanos, porque todos somos hijos de un mismo Padre: Dios. 
Mientras vivimos en este mundo nuestra condición de hijos de Dios aparece siempre enturbiada y oscurecida por la materialidad viscosa de nuestra apariencia corporal. 
Sólo la fe nos hace ser plenamente conscientes de nuestra condición de hijos de Dios. Movidos, pues, por la fe, atrevámonos todos los días a llamar a Dios: Abba, Padre. 
Y atrevámonos a llamar “hermanos” a todas las personas con las que nos encontremos y a considerarlas como tales. Todos estamos dentro del redil de Dios, guiados por en único pastor, que es Cristo.

domingo, 22 de abril de 2012

LA ECONOMÍA DE LA SALVACIÓN


De la Constitución Sacrosánctum Concílium, sobre la sagrada liturgia, del Concilio Vaticano segundo
(Núms. 5-6)


LA ECONOMÍA DE LA SALVACIÓN


Dios, que quiere que todos los hombres se salven y lleguen al pleno conocimiento de la verdad, a través de muchas etapas y de muchas maneras habló en otro tiempo a nuestros antepasados por ministerio de los profetas y, cuando llegó la plenitud de los tiempos, envió a su Hijo, la Palabra hecha carne, ungido por el Espíritu Santo, para anunciar la Buena Noticia a los pobres y curar a los contritos de corazón, como médico corporal y espiritual, mediador entre Dios y los hombres. En efecto, su humanidad, unida a la persona de la Palabra, fue instrumento de nuestra salvación. Por esto, en Cristo se realizó plenamente nuestra reconciliación y en él se nos dio la plenitud del culto divino.


Esta obra de la redención humana y de la perfecta glorificación de Dios, preparada por las maravillas que Dios obró en el pueblo de la antigua alianza, Cristo la realizó principalmente por el misterio pascual de su bienaventurada pasión, resurrección de entre los muertos y gloriosa ascensión. Por este misterio, con su muerte destruyó nuestra muerte y con su resurrección restauró nuestra vida. Pues del costado de Cristo, dormido en la cruz, nació el sacramento admirable de la Iglesia entera.


Por esta razón, así como Cristo fue enviado por el Padre, él a su vez envió a los apóstoles, llenos del Espíritu Santo. No sólo los envió a predicar la Buena Noticia a toda creatura y a anunciar que el Hijo de Dios, con su muerte y resurrección, nos libró del poder de Satanás y de la muerte y nos condujo al reino del Padre, sino también a realizar la obra de salvación que proclamaban, mediante el sacrificio y los sacramentos, en torno a los cuales gira toda la vida litúrgica.


Y, así, por el bautismo los hombres son injertados en el misterio pascual de Jesucristo: mueren con él, son sepultados con él y resucitan con él, reciben el espíritu de adopción de hijos, por el que clamamos: «¡Padre!», y se convierten así en los verdaderos adoradores que busca el Padre.


Asimismo, cuantas veces comen la Cena del Señor, proclaman su muerte hasta que vuelva. Por eso el día mismo de Pentecostés, en que la Iglesia se manifestó al mundo, los que acogieron favorablemente la palabra de Pedro se hicieron bautizar. Y eran constantes en escuchar la enseñanza de los apóstoles, en la fracción del pan y en las oraciones, y alababan a Dios y gozaban de la simpatía general del pueblo.


Desde entonces, la Iglesia nunca ha dejado de reunirse para celebrar él misterio pascual: leyendo todos los pasajes de la Escritura que a él se refieren, celebrando la eucaristía, en la cual se hace de nuevo presente la victoria y el triunfo de su muerte, y dando gracias al mismo tiempo a Dios por su don inefable que tenemos en Cristo Jesús, para alabanza de su gloria.


RESPONSORIO Jn 15, 1. 5. 9
R. Yo soy la vid verdadera y vosotros sois los sarmientos; * el que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto. Aleluya.
V. Como el Padre me amó, así también yo os he amado a vosotros; permaneced en mi amor.
R. El que permanece en mí, como yo en él, da mucho fruto. Aleluya.


ORACIÓN.
OREMOS,
Dios nuestro, que nos has enviado la redención y concedido la filiación adoptiva, protege con bondad a los hijos que tanto amas, y concédenos, por nuestra fe en Cristo, la verdadera libertad y la herencia eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

viernes, 20 de abril de 2012

Los recortes de Griñán


Los recortes de Griñán: no tiene dinero para Cáritas, pero se lo da a espuertas a UGT y CC.OO. para proyectos en el extranjeroLa pobreza se hace crónica en Aragón
ForumLibertas.com

Tras el 25-M, la Junta de Andalucía ‘premia’ a los sindicatos con casi dos millones de euros para su actividad en Costa Rica, Cuba, Bolivia, Colombia, El Salvador, Ecuador, Perú, Venezuela, Marruecos o Senegal. Cáritas, desbordada por la crisis, se queda sin 1,5 millones para los ‘sin techo’



Los criterios de la Junta de Andalucía para aplicar los recortes que exige la actual crisis económica rayan en ocasiones el absurdo y, sin duda, son de lo más injusto e insolidario, al menos en cuanto a las prioridades que otorga cuando se trata de ayudar a organizaciones como Cáritas o los sindicatos UGT y CC.OO.

El Gobierno del presidente en funciones de Andalucía, José Antonio Griñán, que acaba de perder las elecciones, pero seguirá gobernando en la comunidad andaluza, ha decidido retirar las subvenciones a Cáritas, que es la organización que más ayuda a los desempleados a los que se les ha acabado el subsidio.

Sin embargo, tras las elecciones del 25-M, la Junta es capaz de encontrar un sustancioso ‘premio’ de casi dos millones de euros para los sindicatos UGT y CC.OO., destinado a proyectos sindicales de cooperación internacional en países latinoamericanos y del norte de África.

Cáritas, desbordada y sin ayudas
La decisión de la Consejería de Igualdad y Bienestar Social del Gobierno de Griñán de dejar en suspenso ayudas a Cáritas por un valor de 1.5 millones de euros al año para atender a los ‘sin techo’ y a las personas que no tienes recursos ha representado un duro golpe para esta organización de la Iglesia.

El bloqueo de esas subvenciones ha venido a coincidir con el hecho de que el número de personas, las más necesitadas, que acuden a Cáritas Andalucía para pedir alimentos o ayuda económica no hace otra cosa que aumentar.

Así, la poda aplicada por el Gobierno socialista andaluz a los presupuestos, incluidas las partidas sociales, bandera de su discurso político, ha dejado sin una de sus principales fuentes de financiación pública a la mayor organización de acción social que ofrece ayuda de emergencia a las familias en riesgo de exclusión.

El momento elegido por Griñan para aplicar estos recortes no ha podido ser más inoportuno, justamente cuando la crisis causa más estragos y amenaza con hacer crónica la pobreza en multitud de hogares que tienen a todos sus miembros en paro.

Cabe recordar que Andalucía tiene prácticamente la tasa de para más elevada de España (29,80%), con 1.248.500 personas desempleadas, sólo superada por la de Canarias (30,52), según los últimos datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del cuarto trimestre de 2011, los últimos publicados por el INE.

El acuerdo bianual firmado por la Consejería de Igualdad y Bienestar Social y Cáritas Andalucía ha quedado en suspenso y, de esta manera, la organización de Iglesia dejará de percibir unos ingresos aproximados de 3 millones de euros (1,49 millones al año) para mantener en funcionamiento los centros de acogida de personas sin hogar, así como los destinados a dar un techo a reclusos recién salidos de la cárcel que no están manchados con delitos de sangre.

“La disminución de ayuda nos obligará a dejar de atender a personas en los pueblos y barrios de las capitales si no conseguimos sacar el dinero de otro lado”, advirtió Anselmo Ruiz, presidente de Cáritas Andalucía.

Casi dos millones para UGT y CC.OO.
Ahora bien, los drásticos recortes de la Junta de Andalucía aplicados a las subvenciones que otorgaba a Cáritas Andalucía contrastan con los casi dos millones de euros para proyectos de UGT y CC.OO. en el extranjero que el Gobierno en funciones de esta comunidad ha destinado con este fin.

En la primera concesión de ayudas a la cooperación internacional tras las elecciones del 25 de marzo, el Gobierno de Griñán acaba de otorgar otros casi 2 millones de euros a las federaciones regionales de CC OO y UGT para que proyecten su actividad sindical en Sudamérica y Norte de África, según informa la agencia EFE.

El sindicato que dirige Cándido Méndez consigue tres asignaciones que suman en total 971.320 euros: 425.000 para la mejora en Costa Rica de las “capacidades organizativas y de incidencia política del movimiento sindical en América”; 400.000 euros para un proyecto en Bolivia de “información y capacitación en la Coordinadora de centrales Sindicales Andinas (CCSA)” y otros 146.320 euros para dotar a Marruecos de “equipamiento y fortalecimiento de las capacidades docentes de la organización sindical Unión Marroquí del Trabajo (UMT) en Nador”.
Por su parte, la organización que lidera Ignacio Fernández Toxo percibe alrededor de 1.100.000 euros dirigidos a una decena de proyectos diferentes. Entre ellos figura la concesión de 229.155,54 euros con los que se sufraga un expediente que tiene por destino El Salvador y que lleva por título “Incorporación de la equidad a la acción sindical en salud laboral en Centroamérica. El caso de las máquinas y las bananeras “.

También aparecen otros 220.369,72 euros, cuyo objeto es el “fortalecimiento de las estructuras de las centrales pertenecientes a la coordinación de las centrales sindicales andinas para la afiliación y cotización”. Un proyecto que comparten cinco países: Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela.
Asimismo, a instancia de varias ONG, también resultan agraciados Estados de Centroamérica como Cuba, donde la Junta andaluza costea el “aprovechamiento de la biomasa del marabú y otras especies energéticas como combustible en la generación de electricidad y recuperación ambiental. Otros 206.492 euros se van para un “curso de experto en salud sexual” en Senegal.

jueves, 19 de abril de 2012

EL DON DE LA NUEVA ALIANZA QUE NOS DEJÓ EN HERENCIA

De los Tratados de san Gaudencio de Brescia, obispo
(Tratado 2: CSEL 68, 30-32)

EL DON DE LA NUEVA ALIANZA QUE NOS DEJÓ EN HERENCIA

El sacrificio celestial instituido por Cristo es verdaderamente el don de su nueva alianza que nos dejó en herencia, como prenda de su presencia entre nosotros, la misma noche en que iba a ser entregado para ser crucificado. Éste es el viático de nuestro camino, con el cual nos alimentamos y nutrimos durante el peregrinar de nuestra vida presente, hasta que salgamos de este mundo y lleguemos al Señor; por esto decía el mismo Señor: Si no coméis mi carne y no bebéis mi sangre, no tendréis vida en vosotros.

Quiso, en efecto, que sus beneficios permanecieran en nosotros, quiso que las almas redimidas con su sangre preciosa fueran continuamente santificadas por el sacramento de su pasión; por esto mandó a sus fieles discípulos, a los que instituyó también como primeros sacerdotes de su Iglesia, que celebraran incesantemente estos misterios de vida eterna, que todos los sacerdotes deben continuar celebrando en las Iglesias de todo el mundo, hasta que Cristo vuelva desde el cielo, de modo que, tanto los mismos sacerdotes como los fieles todos, teniendo cada día ante nuestros ojos y en nuestras manos el memorial de la pasión de Cristo, recibiéndolo en nuestros labios y en nuestro pecho, conservemos el recuerdo indeleble de nuestra redención.

Además, puesto que el pan, compuesto de muchos granos de trigo reducidos a harina, necesita, para llegar a serlo, de la acción del agua y del fuego, nuestra mente descubre en él una figura del cuerpo de Cristo, el cual, como sabemos, es un solo cuerpo compuesto por la muchedumbre de todo el género humano y unido por el fuego del Espíritu Santo.

Jesús, en efecto, nació por obra del Espíritu Santo y, porque así convenía para cumplir la voluntad salvífica de Dios, penetró en las aguas bautismales para consagrarlas, y volvió del Jordán lleno del Espíritu Santo, que había descendido sobre él en forma de paloma, como atestigua el evangelista san Lucas: Jesús regresó de las orillas del Jordán, lleno del Espíritu Santo.

Asimismo, también el vino que es su sangre, resultante de la unión de muchos granos de uva de la viña por él plantada, fue exprimido en el lagar de la cruz, y fermenta, por su propia virtud, en el espacioso recipiente de los que lo beben con espíritu de fe.

Todos nosotros, los que hemos escapado de la tiranía de Egipto y del diabólico Faraón, debemos recibir, con toda la avidez de que es capaz nuestro religioso corazón, este sacrificio de la Pascua salvadora, para que nuestro Señor Jesucristo, al que creemos presente en sus sacramentos, santifique nuestro interior; él, cuya inestimable eficacia perdura a través de los siglos.


RESPONSORIO Lc 22, 19; Jn 6, 59
R. Jesús tomó pan, dio gracias, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: * «Esto es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en memoria mía.» Aleluya.
V. 
Éste es el pan que ha bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre.
R. Esto es mi cuerpo que va a ser entregado por vosotros; haced esto en memoria mía. Aleluya.


ORACIÓN.
OREMOS,
Te pedimos, Señor, que los dones recibidos en esta Pascua den fruto abundante en toda nuestra vida. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

sábado, 14 de abril de 2012

Fiesta de la Divina Misericordia

"La humanidad no conseguirá la paz hasta que no se dirija con confianza a Mi misericordia"

La Fiesta de la Divina Misericordia tiene como fin principal hacer llegar a los corazones de cada persona el siguiente mensaje: Dios es Misericordioso y nos ama a todos ... "y cuanto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia".
En este mensaje, que Nuestro Señor nos ha hecho llegar por medio de Santa Faustina, se nos pide que tengamos plena confianza en la Misericordia de Dios, y que seamos siempre misericordiosos con el prójimo a través de nuestras palabras, acciones y oraciones... "porque la fe sin obras, por fuerte que sea, es inútil".

"Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia". (Mt 5,7)

Jesús nos enseña qué es la misericordia cuando nos fijamos en su actitud frente al dolor o la necesidad.
Jesús vino a salvar lo que estaba perdido, a cargar con nuestras miserias para aliviarnos de ellas, a compadecerse de los que sufren y de los necesitados.
No pasa de largo, se da cuenta enseguida del dolor, se detiene y salva.
Cada página del Evangelio es una muestra de su misericordia con todos. Busca en el Evangelio: Lc 15, 11,32; Lc 10, 30-37; Mt 18, 23-35; Mt 18, 12-14; y verás que Jesús hace de la misma misericordia uno de los temas principales de su predicación.

El campo de la misericordia es tan grande como la miseria humana que se trata de remediar; pues eso es la misericordia: "compasión de la miseria ajena, que nos mueve a remediarla, si es posible" (San Agustín).
En el orden físico, intelectual y moral, el hombre puede estar lleno de calamidades y miserias. Por eso las obras de misericordia son innumerables -tantas como necesidades del hombre-, aunque tradicionalmente, a modo de ejemplo, se han señalado catorce, en las que esta virtud se manifiesta de manera concreta. Nuestra actitud compasiva y misericordiosa ha de ser en primer lugar con los que habitualmente tratamos, con quienes Dios ha puesto a nuestro lado y con aquellos que están más necesitados.

sábado, 7 de abril de 2012

SEÑOR, DIOS ETERNO




Himno: SEÑOR, DIOS ETERNO.

Señor, Dios eterno, alegres te cantamos,
a ti nuestra alabanza,
a ti, Padre del cielo, te aclama la creación.

Postrados ante ti, los ángeles te adoran
y cantan sin cesar:

Santo, santo, santo es el Señor,
Dios del universo;
llenos están el cielo y la tierra de tu gloria.

A ti, Señor, te alaba el coro celestial de los apóstoles,
la multitud de los profetas te enaltece,
y el ejército glorioso de los mártires te aclama.

A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:

Padre, infinitamente santo,
Hijo eterno, unigénito de Dios,
Santo Espíritu de amor y de consuelo.

Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.

Tú, para salvar al hombre,
tomaste la condición de esclavo
en el seno de una virgen.

Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.

Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.

Tú vendrás algún día,
como juez universal.

Muéstrate, pues, amigo y defensor
de los hombres que salvaste.

Y recíbelos por siempre allá en tu reino,
con tus santos y elegidos.

Salva a tu pueblo, Señor,
y bendice a tu heredad.

Sé su pastor,
y guíalos por siempre.

Día tras día te bendeciremos
y alabaremos tu nombre por siempre jamás.

Dígnate, Señor,
guardarnos de pecado en este día.

Ten piedad de nosotros, Señor,
ten piedad de nosotros.

Que tu misericordia, Señor, venga sobre nosotros,
como lo esperamos de ti.

A ti, Señor, me acojo,
no quede yo nunca defraudado.

ORACIÓN

Dios nuestro, que en este día nos abriste las puertas de la vida por medio de tu Hijo, vencedor de la muerte, concédenos a todos los que celebramos su gloriosa resurrección que, por la nueva vida que tu Espíritu nos comunica, lleguemos también nosotros a resucitar a la luz de la vida eterna. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

viernes, 6 de abril de 2012

MIRARÁN al que traspasaron


MIRARÁN al que traspasaron» (/Jn/19/37). 


Con estas palabras cierra el evangelista Juan su exposición de la 
pasión del Señor; con estas palabras abre la visión de Cristo en el 
último libro del Nuevo Testamento, el Apocalipsis, que deberíamos 
llamar «revelación secreta». Entre esta doble cita de la palabra 
profética veterotestamentaria se halla distendida toda la historia: 
entre la crucifixión y la vuelta del Señor En estas palabras se habla, 
simultáneamente, del anonadamiento del que murió en el Gólgota 
como un ladrón, y de la fuerza del que vendrá a juzgar al mundo y a 
nosotros mismos.


«Mirarán al que traspasaron». En el fondo, todo el evangelio de 
Juan no es sino la realización de esta palabra, el esfuerzo por 
orientar nuestras miradas y nuestros corazones hacia él. Y la liturgia 
de la Iglesia no es otra cosa que la contemplación del traspasado, 
cuyo desfigurado rostro descubre el sacerdote a los ojos del mundo 
y de la Iglesia en el punto culminante del año litúrgico, la festividad 
del viernes santo. «Ved el madero de la cruz, del que cuelga la 
salvación del mundo». «Mirarán al que traspasaron».


Señor, concédenos que te contemplemos en esta hora de tu 
ocultamiento y tu anonadamiento, a través de un mundo que desea 
suprimir la cruz como una desgracia molesta, que se oculta a tu 
vista y considera una pérdida inútil de tiempo el fijarse en ti, sin 
saber que llegará un momento en que nadie podrá esconderse a tu 
mirada.

miércoles, 4 de abril de 2012

La PLENITUD DEL AMOR

De los Tratados de san Agustín, obispo, sobre el evangelio de san Juan
(Tratado 84, 1-2: CCL 36, 536-538)

La PLENITUD DEL AMOR

El Señor, hermanos muy amados, quiso dejar bien claro en qué consiste aquella plenitud del amor con que debemos amarnos mutuamente, cuando dijo: Nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos. Consecuencia de ello es lo que nos dice el mismo evangelista Juan en su carta: Cristo dio su vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos, amándonos mutuamente como él nos amó, que dio su vida por nosotros.

Es la misma idea que encontramos en el libro de los Proverbios: Si te sientas a comer en la mesa de un señor, mira con atención lo que te ponen delante, y pon la mano en ello pensando que luego tendrás que preparar tú algo semejante. Esta mesa de tal señor no es otra que aquella de la cual tomamos el cuerpo y la sangre de aquel que dio su vida por nosotros. Sentarse a ella significa acercarse a la misma con humildad. Mirar con atención lo que nos ponen delante equivale a tomar conciencia de la grandeza de este don. Y poner la mano en ello, pensando que luego tendremos que preparar algo semejante, significa lo que ya he dicho antes: que así como Cristo dio su vida por nosotros, también nosotros debemos dar la vida por los hermanos. Como dice el apóstol Pedro: Cristo padeció por nosotros, dejándonos un ejemplo para que sigamos sus huellas. Esto significa preparar algo semejante. Esto es lo que hicieron los mártires, llevados por un amor ardiente; si no queremos celebrar en vano su recuerdo, y si nos acercamos a la mesa del Señor para participar del banquete en que ellos se saciaron, es necesario que, tal como ellos hicieron, preparemos luego nosotros algo semejante.

Por esto, al reunirnos junto a la mesa del Señor, no los recordamos del mismo modo que a los demás que descansan en paz, para rogar por ellos, sino más bien para que ellos rueguen por nosotros, a fin de que sigamos su ejemplo, ya que ellos pusieron en práctica aquel amor del que dice el Señor que no hay otro más grande. Ellos mostraron a sus hermanos la manera como hay que preparar algo semejante a lo que también ellos habían tomado de la mesa del Señor.

Lo que hemos dicho no hay que entenderlo como si nosotros pudiéramos igualarnos al Señor, aun en el caso de que lleguemos por él hasta el testimonio de nuestra sangre. Él era libre para dar su vida y libre para volverla a tomar, nosotros no vivimos todo el tiempo que queremos y morimos aunque no queramos; él, en el momento de morir, mató en sí mismo a la muerte, nosotros somos librados de la muerte por su muerte; su carne no experimentó la corrupción, la nuestra ha de pasar por la corrupción, hasta que al final de este mundo seamos revestidos por él de la incorruptibilidad; él no necesitó de nosotros para salvarnos, nosotros sin él nada podemos hacer; él, a nosotros, sus sarmientos, se nos dio como vid, nosotros, separados de él, no podemos tener vida.

Finalmente, aunque los hermanos mueran por sus hermanos, ningún mártir derrama su sangre para el perdón de los pecados de sus hermanos, como hizo él por nosotros, ya que en esto no nos dio un ejemplo que imitar, sino un motivo para congratularnos. Los mártires, al derramar su sangre por sus hermanos, no hicieron sino mostrar lo que habían tomado de la mesa del Señor. Amémonos, pues, los unos a los otros, como Cristo nos amó y se entregó a sí mismo por nosotros.

 
RESPONSORIO Jn 4, 9. 11. 10b
R. En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único para que vivamos por medio de él. * Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.
V. 
Dios nos amó y nos envió a su Hijo como propiciación por nuestros pecados.
R. 
Si Dios nos amó de esta manera, también nosotros debemos amarnos unos a otros.

lunes, 2 de abril de 2012

Éste fue el motivo de la venida de Cristo en la carne

Del Libro de san Basilio Magno, obispo, Sobre el Espíritu Santo
(Cap. 15, núm. 35: PG 32, 127-130)

ES UNA SOLA LA MUERTE EN FAVOR DEL MUNDO Y UNA SOLA LA RESURRECCIÓN DE ENTRE LOS MUERTOS

Nuestro Dios y Salvador realizó su plan de salvar al hombre levantándolo de su caída y haciendo que pasara del estado de alejamiento, en que había incurrido por su desobediencia, al estado de familiaridad con Dios. Éste fue el motivo de la venida de Cristo en la carne, de su convivencia con los hombres, de sus sufrimientos, de su cruz, de su sepultura y de su resurrección: que el hombre, una vez salvado, recobrara, por la imitación de Cristo, su antigua condición de hijo adoptivo.

Y así, para llegar a una vida perfecta, es necesario imitar a Cristo, no sólo en los ejemplos que nos dio durante su vida, ejemplos de mansedumbre, de humildad y de paciencia, sino también en su muerte, como dice Pablo, el imitador de Cristo: Muriendo su misma muerte, para alcanzar también la resurrección de entre los muertos.

Mas, ¿de qué manera podremos reproducir en nosotros su muerte? Sepultándonos con él por el bautismo. ¿En qué consiste este modo de sepultura, y de qué nos sirve el imitarla? En primer lugar, es necesario cortar con la vida anterior. Y esto nadie puede conseguirlo sin aquel nuevo nacimiento de que nos habla el Señor, ya que la regeneración, como su mismo nombre indica, es el comienzo de una vida nueva. Por esto, antes de comenzar esta vida nueva, es necesario poner fin a la anterior. En esto sucede lo mismo que con los que corren en el estadio: éstos, al llegar al fin de la primera parte de la carrera, antes de girar en redondo, necesitan hacer una pequeña parada o pausa, para reemprender luego el camino de vuelta; así también, en este cambio de vida, era necesario interponer la muerte entre la primera vida y la posterior, muerte que pone fin a los actos precedentes y da comienzo a los subsiguientes.

¿Cómo podremos, pues, imitar a Cristo en su descenso a la región de los muertos? Imitando su sepultura mediante el bautismo. En efecto, los cuerpos de los que son bautizados quedan, en cierto modo, sepultados bajo las aguas. Por esto el bautismo significa, de un modo arcano, el despojo de las obras de la carne, según aquellas palabras del Apóstol: Habéis sido circuncidados, no con operación quirúrgica, sino con la circuncisión de Cristo, que consiste en el despojo de vuestra condición mortal; con Cristo fuisteis sepultados en el bautismo, ya que el bautismo en cierto modo purifica el alma de las manchas ocasionadas en ella por el influjo de esta vida en carne mortal, según está escrito: Lávame: quedaré más blanco que la nieve. Por esto reconocemos un solo bautismo salvador, ya que es una sola la muerte en favor del mundo y una sola la resurrección de entre los muertos, y de ambas es figura el bautismo.

RESPONSORIO Rm 6, 3. 5. 4
R. Cuantos en el bautismo fuimos sumergidos en Cristo Jesús fuimos sumergidos en su muerte. * Y si hemos sido injertados vitalmente en Cristo por la imagen de su muerte, también lo estaremos por la imagen de su resurrección.
V.
Por nuestro bautismo fuimos sepultados con él, para participar de su muerte.
R. Y si hemos sido injertados vitalmente en Cristo por la imagen de su muerte, también lo estaremos por la imagen de su resurrección.
ORACIÓN.
OREMOS,
Dios todopoderoso y eterno, concédenos participar tan vivamente en las celebraciones de la pasión del Señor que alcancemos tu perdón. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos.
Amén

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