El otro día estaba viendo en un programa de televisión, cómo un entendido sobre el tema hablaba de la cantidad de campos magnéticos y señales de distinta frecuencia y potencia en los que estamos inmersos, redes eléctricas (toda corriente eléctrica produce su correspondiente campo magnético), señales de radio, televisión y las señales de los teléfonos móbiles.
Es algo que está ahí y que sin embargo, no nos damos cuenta de ello, lo cual me hace pensar en esa cantidad de gente que dice que sólo cree que existe aquello que vé, oye o percibe con los sentidos.
Para percibir éstos campos electromagnéticos, o señales de radiofrecuencia, se necesitan aparatos especiales preparados para ello, (sintonizadores de radio, de televisión, teléfonos móbiles, etc).
Dios que és más simple y sutil que cualquier señal electromagnética ya que es Espíritu Puro sin materia alguna que lo componga, ¿cómo pretenderemos percibirlo sensiblemente?,
y sin embargo está ahí, por todas partes, llenándolo todo, como dice San Pablo : "en El vivimos, nos movemos y somos", y sin embargo tenemos un modo de contacto con El sin necesidad de aparato ninguno, “la oración”.
Poner la mente y el corazón en ese Dios con nosotros que és Jesucristo que una vez muerto, resucitado y glorificado, se ha quedado con nosotros hasta el fin de los siglos en los sacramentos.
Ánimo, en éste contacto con Dios, no hay interferencias ni averías, depende sólo de que queramos hacerlo.
Ojalá todos tratemos el Rosario como tratamos al teléfono móvil: Lo llevamos siempre, nos aseguramos de no dejarlo en casa ni olvidado por allí, caminamos con él en la mano, y aprovechamos los momentos oportuno (y a veces inoportunos), para utilizarlo.
ResponderEliminarGracias y bendiciones