Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos
hijos de Dios, pues ¡lo somos!
Esta es la razón más profunda y verdadera del
amor de Cristo, Buen Pastor, a todas sus ovejas: que todos somos hijos de Dios,
que Dios es padre de todos.
Y esta debe ser también la única brújula que guíe y
oriente nuestro amor a los demás: todos somos hermanos, porque todos somos
hijos de un mismo Padre: Dios.
Mientras vivimos en este mundo nuestra condición
de hijos de Dios aparece siempre enturbiada y oscurecida por la materialidad
viscosa de nuestra apariencia corporal.
Sólo la fe nos hace ser plenamente
conscientes de nuestra condición de hijos de Dios. Movidos, pues, por la fe,
atrevámonos todos los días a llamar a Dios: Abba, Padre.
Y atrevámonos a llamar
“hermanos” a todas las personas con las que nos encontremos y a considerarlas
como tales. Todos estamos dentro del redil de Dios, guiados por en único
pastor, que es Cristo.
Gracias por esta reflexión que el Señor nos conceda la gracia, de tomar conciencia que TODOS somos hermano, por que aun no somos conciente de este gran Don, de ser hijo de Dios y hermanos de todos los hombres , gracias.
ResponderEliminarLa aportación que cada uno de nosotros hacemos en nuestros respectivos blogs, (he entrado en el tuyo y me gusta mucho), nos ayudan a que las vivencias de todos, las hagamos nuestras.
EliminarGracias.
Que Dios como dice soledad interior, nos conceda este don de amarnos
ResponderEliminarcomo hermanos y sentirnos hijos muy amados.
Dios le bendiga.
El pensar que estoy rodeada de hermanos porque Jesús así lo quiso es motivo de darle infinitas gracias.Saludos cordiales
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