Podcast Antonio Pacios MSC

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viernes, 6 de abril de 2012

MIRARÁN al que traspasaron


MIRARÁN al que traspasaron» (/Jn/19/37). 


Con estas palabras cierra el evangelista Juan su exposición de la 
pasión del Señor; con estas palabras abre la visión de Cristo en el 
último libro del Nuevo Testamento, el Apocalipsis, que deberíamos 
llamar «revelación secreta». Entre esta doble cita de la palabra 
profética veterotestamentaria se halla distendida toda la historia: 
entre la crucifixión y la vuelta del Señor En estas palabras se habla, 
simultáneamente, del anonadamiento del que murió en el Gólgota 
como un ladrón, y de la fuerza del que vendrá a juzgar al mundo y a 
nosotros mismos.


«Mirarán al que traspasaron». En el fondo, todo el evangelio de 
Juan no es sino la realización de esta palabra, el esfuerzo por 
orientar nuestras miradas y nuestros corazones hacia él. Y la liturgia 
de la Iglesia no es otra cosa que la contemplación del traspasado, 
cuyo desfigurado rostro descubre el sacerdote a los ojos del mundo 
y de la Iglesia en el punto culminante del año litúrgico, la festividad 
del viernes santo. «Ved el madero de la cruz, del que cuelga la 
salvación del mundo». «Mirarán al que traspasaron».


Señor, concédenos que te contemplemos en esta hora de tu 
ocultamiento y tu anonadamiento, a través de un mundo que desea 
suprimir la cruz como una desgracia molesta, que se oculta a tu 
vista y considera una pérdida inútil de tiempo el fijarse en ti, sin 
saber que llegará un momento en que nadie podrá esconderse a tu 
mirada.

1 comentario:

  1. Hoy publico en mi blog mi poema-oración Contemplación me inspiró al contemplar a Jesús clavado en la cruz.


    En la cruz, agonizante,
    en silencio te observaba;
    tu agonía suplicante
    a mi alma impresionaba.
    Quise ofrecerte consuelo
    mas mi boca se calló,
    y a pesar de mi desvelo
    ni una palabra salió.
    Tu mirada me pedía
    contemplar con devoción,
    pues querías compañía
    en lugar de una oración.
    ¡Qué angustiosa soledad!,
    ¡qué terrible tu tormento!
    ¿Por qué tanta crueldad?,
    ¿por qué tanto sufrimiento?
    Mi Jesús agonizante:
    a pesar de tu dolor
    descubrí en ese instante
    que desbordabas Amor.
    Es un amor tan profundo
    que en tu cruz hoy todavía
    para salvar a este mundo
    agonizas cada día.
    ¡Qué paz y tranquilidad
    en mi silencio sentí!
    Y me dio seguridad
    lo que a Tu lado viví.

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